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Sentir 

Te explico cómo me he sentido...


Nunca había llorado tanto en mi vida. Lloré durante horas, casi sin poder parar, sintiendo como si mi alma se desgarrara. Nada me daba consuelo y lloraba y lloraba... Algo muy escondido dentro de mi se despertó y necesitaba limpiarse.

Y lo hice, ya lo creo que lo hice.

Lo limpié con lágrimas y más lágrimas... casi hasta quedarme seca, vacía, sin fuerzas, derrotada...

¿El motivo?
Es lo de menos. Podría ser por cualquier cosa.

Como te dije, fue por aferrarme a algo insistentemente sin poder ver que eso, precisamente,  era lo que me estaba haciendo daño. El no querer aceptar, soltar y dejar ir, fue lo que hizo provocarme a mi misma ese sufrimiento,  totalmente innecesario para mi, pero a la vez muy importante para tomar conciencia de lo que el no aceptar y apegarse puede ocasionar en uno mismo.

Finalmente,  después de muchas horas, el hacer el ejercicio del desapego y el poner amor, fue lo que me salvó de seguir hundida en una de las peores sensaciones que he tenido nunca.

Estoy mucho mejor, contenta por haber superado esta prueba, habiendo dado gracias y esperando a la próxima...

Porque de lo que estoy segura es de que habrá una próxima.

La espero con alegría y confianza.

Gracias.

Anónimo.


Enero 2016
 
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Como me gustaría mirarte...



No puedo mirarte como me gustaría mirarte,
porque si así lo hiciera, sentirías que mi alma la tuya anhela. 

No puedo mirarte como me gustaría mirarte,
porque si así sucediera, dentro de mis ojos la misma esencia descubrieras.

No puedo mirarte como me gustaría mirarte,
porque si así pudiera, todo el mundo desapareciera.

No puedo mirarte como me gustaría mirarte,
porque si nada lo impidiera, hasta el fin contigo viviera.

No puedo mirarte como me gustaría mirarte,
porque si así fuera, ya nada nos detuviera.


Julio 2015


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Intentando la vida

La vida me ha enseñado que en el intento de hacer algo es de donde se obtiene el aprendizaje. Si no lo intentas, la teoría o el “y si lo hubiera hecho” no nos enseñan nada.

Vivir también me ha demostrado que en ese intento hay que darlo todo, sin reservas, “apostando sólo a un mismo número”. Así siempre te quedará el saber que diste lo mejor de ti y el juicio o la valoración de los demás quedará en último plano.

Por favor, hazlo todo desde el corazón, cualquier cosa que hagas, sin pensar en las consecuencias. Porque si lo haces desde el corazón, los resultados siempre serán maravillosos.

Y si a pesar de todo, lo que esperabas no se corresponde con el resultado final, habrás tenido una nueva experiencia, un nuevo aprendizaje que te dará más sabiduría para afrontar nuevas etapas de tu vida.

El haberlo intentado desde de el corazón, sin ninguna intención más que el hacerlo, sin apegarte al resultado ni desear que todo salga como tú quieres es otra de las claves.

Los acontecimientos se sucederán como estén destinados a suceder y en nosotros está el fluir con ellos y aceptarlos. Aceptación, no resignación.

Aceptar es entender porqué o para qué han ocurrido las cosas. Aceptar es saber cuál es el aprendizaje de ello independientemente de si el resultado de la experiencia lo consideras bueno o malo. De todas las experiencias se aprende y hay que saber extraer la lección que encierran en su interior.

Recuerda, hazlo todo desde el corazón y deja fluir.

Como dice la frase:

“Al final todo está bien y si no está bien, es que no es el final”

Gonzalo García 

Julio 2015 


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